Madre Celestial – Madre Terrenal

«Jiya», el término Mandeo para Aumen – la Deidad Última, es un plural abstracto. Los Mandeos usan el pronombre «Ellos» cuando se refieren a este Jiya, o «Vida». Jiya a veces es llamado Parsufa Rba – la «Gran Inmanencia o Semblante»; o Nukrayya – el remoto, ajeno o incomprensible. De «Hiia» viene la «Mente» y de la Mente viene el Resplandor. Este Resplandor o Luz Deslumbrante, es llamado «Ziwa» o «Yawar Ziwa».

El Resplandor [ziwa] es el Padre y la Luz [nhura] la Madre; [y de luz y oscuridad].. vos, Hibil-Ziwa sois Luz y Qin es la oscuridad. Entre ellos arrojé lucha [pero] su voz es una, degradando o elevando, impulsando al bien o al mal. El Bien y el Mal de los cuales vos hablasteis, Yo les mezclé juntos. Ellos son agua viviente y agua estancada, ellos son la vida y la muerte, el error y la verdad, herida y sanación; ellos son Pthahil e Hibil-Ziwa, ellos son el Espíritu y el Alma. (ibíd., p.211.)

El Resplandor Ziwa es el principio activo Yang en la doctrina secreta Nazirutha, mientras que Nhura es el principio pasivo Yin: en Alf Trisar Suialia Hibil-Ziwa dice:

Ahora en cuanto a estos dos misterios de ziwa y nhura, sepan que ellos son los antiguos Padre y Madre Primordiales. Oro puro es el misterio [simbólico] del Padre, su nombre es Resplandor. Plata es el misterio [simbólico] de la Madre y su nombre es Luz. La Corona es el símbolo del Padre y su nombre es Resplandor: la corona de mirto el símbolo de la Madre y su nombre es ‘Dejad que allí se haga la Luz’. El ‘propietario de una corona’ [un sacerdote] está relacionado con el misterio del Padre. Un Mandeo [a saber, un laico] y su esposa se ocupan del misterio de la Madre.

El Maestro habla de la tensión entre este Resplandor y Luz, diciendo (ibíd., p.145):

Contemplen y aprendan que entre la oscuridad y la luz no puede haber unión o pacto: al contrario, odio, enemistad y disensión, aunque Nosotros seamos conscientes de todo lo que se lleva a cabo y busca llevarse a cabo. Porque la oscuridad es el adversario de la luz. Ellos son Derecha e Izquierda, ellos son ruha [alma] y nishimta [espíritu]; además, son llamados Adán y Eva.

Esta tensión es reconciliada con la unión superior del principio masculino y femenino. Cuando unidos y armoniosamente equilibrados, lo masculino y  femenino se complementan el uno al otro. Cielo y tierra actúan en concierto y las almas Ruach y Neshamah se unen como una. La mujer representa el materialismo y la oscuridad sólo cuando el hombre y la mujer están separados y fuera de equilibrio.

La Madre Tierra puede nutrir, pero también devorar cuando no está en armonía con el Padre Celestial. En su aspecto Celestial le llaman el ‘Manantial’ (Amma), la Madre de la Vida; ella es Simat-Hiia, el ‘Tesoro de la Vida’, esposa del gran principio de iluminación divina; ella es ‘zlat, arquetipo de la Novia pura y aparece también como Nasirutha, el estado Nazareno de iluminación plena. En este aspecto es la Madre de todos los espíritus de toda la vida y toda la luz:

Soy Mara-d-Rabutha [Señor de la Grandeza], Padre de ‘uthras’; y el Manantial es mi Esposa. Alabada es la gran ‘zlat porque Ella es el manantial de la luz: ella es mi Esposa, [mía], su Padre, Mara-d-Rabutha…. Alabada sea el Tesoro de la Vida, Madre de todos los mundos, Ella de quien los mundos superiores, medios e inferiores emanaron, porque ella es mi Esposa, [la esposa de] Mara-d-Rabutha, ya que su nombre es Nasirutha. (ATS, p.11)

La unión primordial del par cósmico ocurrió al Principio:

Y Él tomó una Esposa para Él y creó plantas (niños) y creó mundos. (ibíd., p. Ii8.)

Hay aquellos que se encantan en el Padre y los que encantan a la Madre. Aquellos dedicados al Padre pertenecen a la parte de la Derecha y aquellos dedicados a la Madre a la parte de la Izquierda. Ellos son dos malkia [literalmente ‘reyes’, poderes gobernantes]: uno que fue engendrado por  Parsufa [pero] cayó hacia abajo y el otro engendrado por el más bajo y que se elevó hacia arriba. (ibíd., p. aoi.)

La Madre Celestial, Gran Manantial, es también la Madre Terrenal hablada  dentro de las escrituras Esenias como el Evangelio de la Paz. Ella tiene dos formas o aspectos de Su expresión Terrenal. Representa todo lo que es hermoso y bueno en el mundo natural. La doctrina secreta de los Mandeos enseña que estos aspectos buenos de la naturaleza fueron traídos con el alma de los Cielos de la Luz. Son buenos cuando no se abusa de ellos. Cuando estos regalos no son mantenidos en equilibrio con principios divinos y gnosis, pueden volverse oscuros y destructivos. En este aspecto, la naturaleza y el mundo natural se convierten en un peso sobre la espalda de nuestros estropeados espíritus. En este aspecto ella es la instintiva y animal alma Nephesh, o aún el alma Ruha cuando está unida con la Nephesh en lugar del espíritu Neshamah. Como una personificación de aquella parte del carácter humano que gusta de la frivolidad y las lujurias de la carne, Ruha a menudo es mencionada como maligna en textos mandeos. Ellos dicen que cuando un hombre se vuelve un sacerdote debe desvestirse de la Madre y ‘vestirse del Padre’, en otras palabras, debe dejar lo que es terrenal e identificarse con lo que es espiritual. Esto es evocador de las palabras de Yeshu a María encontradas en el Evangelio de Tomás:

Simón Pedro les dijo: «¡Que se aleje Miryai de nosotros!, pues las mujeres no son dignas de la Vida». Dijo Yeshua: «Mira, yo me encargaré de hacerla varón, de manera que también ella se convierta en un Espíritu Viviente, idéntico a vosotros los hombres. Pues toda mujer que se haga varón, entrará en el Reino de los Cielos».

Los Mandeos no veían a la Madre Terrenal como maligna, siempre y cuando la interacción con Ella fuera mantenida en equilibrio con una búsqueda espiritual. Cuando los asuntos espirituales eran abandonados y Sus encantos totalmente concentrados sobre lo terrenal, ellos dicen:

Contemplad, todo es encontrado en la Tierra y dado por ella y es mantenido en ella, y no hay nada que deje su alma y espíritu salvados que el Jordán no saque de ella y les libere de sus trampas y ataduras. Porque la Tierra es Ruha quien sostiene y envuelve todos los misterios y cualquier ser que no busque marcharse de ella. ¡Contemplad este cuerpo justo que fue nutrido por ella! [En la muerte] ella lo encierra y lo consume y lo hace como si éste nunca hubiera existido. Y todos los misterios bondadosos que ella produce y cuida, como [uno cuida] una lámpara con aceite, eventualmente ella los ataca y los devora con dientes de ira. Esta es la Tierra de los Padres. Ella crió la vida física y ella es la Gran Madre de Quien todas las criaturas que pululan, florecen y aumentan procedieron y por Quien ellas son mantenidas. (ATS pp. 238).

La Madre es ‘la Izquierda’, el Padre ‘la Derecha’: la Madre, Tierra, el Padre, Cielo; la Madre, Materia; el Padre, No materia; la Madre, ruha (alma vital), y el Padre, nishimta (espíritu). Su unión es necesaria para la creación, es necesaria para la vida aquí y para la vida en el mañana. Cuando el espíritu y la naturaleza están equilibrados en el Camino Nazareno y se convierten en uno, la vida eterna sigue:

Porque la Gota [semen] del Padre y la [Matriz de la] Madre son suministrados con el espíritu y el alma en el cuerpo. Porque la Gota combina dos misterios y ellos son el misterio del Padre y de la Madre [como fue] explicado refiriéndose  a ellos. Es más, dos misterios, espíritu y alma, nacieron, fueron formados y fueron llamados ‘los cuatro misterios’. Entonces Gota y Gota agarraron misterios de una y otra, y la solidificación tomó lugar en la Matriz. Y ningún cuerpo [‘stuna] puede existir que no haya sido nacido [concebido] por dos misterios y construido de cuatro misterios. Y cuando los cuatro le han dado forma, siete surgen y se subdividen en nueve y luego doce brillan en éste. Y [en] sesenta días, sesenta sellos son puestos sobre éste. Treinta días ponen sobre éste el sello del Padre y treinta noches ponen el sello de la Madre sobre éste, hasta que es dado a uno de ellos. Si el Padre lo sella en el Jordán se hace del Padre: la Madre lo sella en el fuego, se hace de la Madre. Pertenecerá al que de los dos lo selló y no habrá ningún odio, rencor o disensión entre ellos debido a lo que ellos dijeron e hicieron. Alianza y límite fueron hechos de modo que ninguno sea antagonista del otro. Entonces se parece a una casa, porque construir cual diseñar fueron empleados. ‘Casa’ es su nombre, porque todo provino de y fue formado en ésta. Así, la tierra entera es una casa: es una gran casa, en la cual, los misterios son guardados y seleccionados a prueba. Es un Huevo de la Vida [Casa de la Vida] para el Gran Padre. (ibíd., pp.182-3.)

Los Esenios Nazarenos modernos enseñan que la Madre Naturaleza es pura y hermosa cuando es disfrutada dentro del contexto del Camino Esenio Nazareno. Cuando sus bienes y generosidad son compartidos y cuando los que comparten su bondad viven una vida natural, pacífica y rural, entonces Su lado bueno florece.

La vida moderna en las sociedades industriales y en las grandes áreas urbanas es considerada un acto de separación entre la Madre Terrenal y el Padre Celestial. La propiedad individual de muchos bienes, el consumismo moderno, así como el divorcio con la horticultura orgánica personal y el alojamiento natural, comienzan a sacar su lado malo. Cuando una persona comienza a colectar muchos bienes personales e identificarse con la propiedad de ellos, los problemas comienzan a surgir. Cuando el enfoque es concentrado sobre objetos hechos en fábrica en lugar de los naturales y hechos a mano, y cuando la vida de uno es separada del flujo estacional y la interacción en el jardín, más oscuridad surge y Ruha se une más con los instintos más bajos Nephesh, reforzando el ego y disminuyendo el verdadero Yo. La vida terrenal fuera de un campamento Nazareno convierte a la Madre Terrenal en una prostituta, la Interacción con ella en este punto se vuelve destructiva, y como la Kali hindú, ella devora a sus niños y los destruye.

Sin embargo, vivir de forma sana y natural en una comunidad Nazarena saca todos los lados positivos de la Madre Celestial expresada a través de la naturaleza y la interacción con los compañeros Nazarenos. En este aspecto Ella, la Madre Terrenal, es vista como esposa del Padre Celestial y todo lo que es espiritual. Los hijos de esta unión, los Nazarenos, prosperan bajo este tipo de arreglo.